Es importante mencionar que la relación con personas con discapacidad no es muy distinta a cualquier otra interacción social, por ello, se debe dar prioridad a las normas de cortesía y al buen trato, y si surge alguna inquietud, no tengas miedo en preguntarle a la misma persona con discapacidad.
Guía de Consejos para un Trato Inclusivo
Habla y actúa con naturalidad: deja de lado los prejuicios, ¡Brinda a los demás el trato que a ti te gustaría recibir!
No trates a la persona de forma infantil: recuerda un buen trato incluye considerar la edad de la persona con la cual me estoy relacionando.
No des consejos, a menos que te lo pidan: como tú, las personas con discapacidad saben lo que necesitan y desean, y sí requieren consejo lo pedirán. ¡No adoptes un rol sobreprotector!
No subestimes sus capacidades: Indica errores y faltas, pero con respeto. Reconoce sus mérito y progresos, pero sin exageraciones.
No prestes ayuda sin preguntar primero: Por ejemplo, no es correcto mover una silla de ruedas o guiar del brazo a una Persona con Discapacidad visual sin permiso de la persona. ¡Discapacidad no es incapacidad!
Se paciente y comunícate claramente: Se sugiere siempre hablar de frente a la persona. Esto facilita el contacto visual y la lectura de labios.
Si necesitas comunicar algo importante: Hazlo directamente a la persona y no a su acompañante.
Si sabes que existen colaboradores con Discapacidad Auditiva que utilizan lengua de señas, puedes aprender un repertorio de señas clave y funcionales para facilitar la comunicación.
Siempre intenta conversar a la altura del colaborador, en caso de que use silla de ruedas. Esto hará mucho más fluida la comunicación.
A veces sólo hay que usar el sentido común: las Personas con Discapacidad son diversas como todos y todas y, por lo tanto, tienen distintos ritmos para realizar las cosas. Sé paciente y busca diferentes alternativas para seguir avanzando.